No sólo el público del Liceu, en su totalidad, se rindió a los pies de Rolando, y aplaudió y braveó hasta no poder más, durante 40 minutos, después de la última canción. También la crítica ha sido unánime en sus valoraciones, señalando no sólo el obvio e inmenso cariño del público barcelonés hacia Rolando (y viceversa), sino remarcando su perfecto estado vocal, su control de la emisión, la brillantez de su técnica, la calidez de su timbre....pero mejor que lo leáis directamente (clicar encima del título para leer el artículo completo).
EL MÁS QUERIDO - ABC- Pablo Meléndez-Haddad
Alarde de control de «fiato», de agudos, de pianísimos, incluso hasta de agilidades... El tenor mexicano demostró encontrarse completamente recuperado de sus afecciones vocales dominando la emisión, la proyección y aplicando el esmalte adecuado a una voz que corre lo suficiente como para abarcar un repertorio como el escogido en este concierto.
DEUTE SALDAT (DEUDA SALDADA) AVUI / EL PUNT - Xavier Cester
Les característiques que fan de Rolando Villazón un dels cantants que més onades de simpatia generen romanen inalterables: la fermesa dels accents; la generositat de l'expressió, i la calidesa d'un timbre amb la seva inconfusible coloració fosca. Potser la projecció no és tan franca com abans –més prudència?–, amb la qual cosa l'agut ha perdut un xic d'esclat, però en canvi d'això sona menys obert i més ben controlat.
Las características que hacen de Rolando Villazón uno de los cantantes que más olas de simpatía generan permanecen inalterables: la firmeza de los acentos, la generosidad de la expresión, y la calidez de un timbre con su inconfundible coloración oscura. Quizás la proyección no es tan franca como antes- ¿más prudencia? -, con lo que el agudo ha perdido un poco de estallido, pero a cambio de esto suena menos abierto y mejor controlado.
TENOR EN SU SALSA - EL PAÍS - Xavier Pujol
El tenor mexicano ya estaba totalmente en su salsa y en su estilo: la voz subía sin ninguna dificultad, la respiración estaba perfectamente controlada, el timbre era bello y homogéneo en toda su extensión, y clavaba los agudos con arrojo, como se espera de los tenores de lujo.
EMOTIVO REENCUENTRO CON VILLAZÓN - EL PERIÓDICO - César López Rosell (ir a Cultura --> Crónica)
En la continuación, Angelo casto e bel, de Il duca d’Alba de Donizetti, levantó rotundos bravos y lo propio ocurrió con las dos arias de Adriana Lecouvreur de Cilea, interpretadas con gran expresividad. El final, con una romanza de Luisa Miller, de Verdi, desató el entusiasmo de la sala, antes de llegar a los aclamados bises. El público se sentía feliz de volver a disfrutar de su icono y el artista, eufórico de sentirse tan querido. Que sea por muchos años.
DE MOZART A ROSÓ - LA VANGUARDIA - Roger Alier
De su voz puede decirse que es la misma de siempre, sólo que Villazón ahora controla con más cuidado el torrente vocal de antaño; ha regresado a su nivel de tenor lírico, y no empuja la voz en los pasajes agudos (típico del tenor spinto), por lo que en las dos piezas más exigentes, las de Adriana Lecovreur, dosificó inteligentemente la emisión y, por otra parte, aquí y en todo el recital, hizo gala de una capacidad inmensa de fiato, o sea, de respiración, alargando a veces las frases finales de un modo impresionante, algo que el público agradeció ruidosamente, y sin embargo sin estallar antes de que acabara, propio de un público culto.