Este año, y por primera vez, Daniel Barenboim ha sido invitado a dirigir el tradicional concierto de año nuevo en Viena y este hecho nos sirve para acercarnos a la figura de este músico extraordinario que ha sido, y sigue siendo, tan importante en la carrera de Rolando Villazón y , lo que es más importante, un gran amigo.
Daniel Barenboim nació el 15 de noviembre de 1942 en Buenos Aires, Argentina, en una familia judía de origen ruso. A los 10 años se traslada con su familia a Israel, hecho que le marcará enormemente en la toma de conciencia de su identidad, para posteriormente continuar sus estudios musicales en Salzburgo. Destacado pianista desde los 13 años (su primera grabación data de 1954), ha grabado las sonatas para piano y los conciertos de Mozart y Beethoven, es actualmente más conocido por su faceta de director de orquesta, actividad en la que debutó con la Orquesta Filarmónica de Londres en 1967. A partir de ese momento recibe numerosas invitaciones de orquestas sinfónicas europeas y americanas. Entre 1975 y 1989 fue director de la Orquesta de París. Su debut como director de ópera tuvo lugar en 1973 con la representación del Don Giovanni de Mozart en el Festival de Edimburgo. En 1981 debutó en Bayreuth, donde dirigió con regularidad hasta 1999. Barenboim es el director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago, cargo al que accedió en 1991 en sustitución de Sir Georg Solti y es, además, el director musical general de la Deutsche Staatsoper, la Ópera Estatal de Berlín conocida como Unter den Linden desde 1992.Pero ante todo Barenboim es, tal y como lo ha definido Rolando, un “filosofo de la música”, concebida ésta como “arma” para lograr la igualdad entre los seres humanos. Llevado por esta idea, creo en 1999, junto al escritor estadounidense de origen palestino Edward Said, al que le une una gran amistad, la Orquesta del Taller Diván Este-Oeste (West-Eastern Divan Orchestra).
Esta orquesta nace con la idea de reunir a jóvenes músicos tanto árabes como judíos y demostrar así que es posible el entendimiento entre ambos pueblos a través de la música, que es posible que árabes y judíos toquen el mismo acorde.
“El Taller Diván es un proyecto muy importante ya que se trata de un trabajo no político en un contexto muy político. El Taller Diván lo comenzamos en el año 1999 en Weimar, Alemania. Por aquel tiempo, Weimar era la capital cultural de Europa. Bernd Kauffmann, responsable del programa cultural de la ciudad, me propuso participar de un taller en el que tocasen juntos árabes, palestinos e israelíes. Más de 200 jóvenes respondieron a nuestra convocatoria. Para los integrantes se trata de una experiencia increíble y no exenta de dificultades pues para algunos significa tocar junto al enemigo. Es una oportunidad para que aprendan cosas juntos y para aprender cosas el uno sobre el otro ya que gran parte del conflicto, como todos los conflictos, nace en la ignorancia que tienen los unos sobre los otros……. Las condiciones de un integrante de Taller Diván deben ser: Ante todo ser buen músico. Y segundo, debe creer que no existe solución militar al conflicto…. la gente que viene sabe por qué viene. Sabe las razones por las que quiere estar juntos y la forma en la que quiere encontrar un camino a la conciliación. Hay que tener bien claro si uno cree que este conflicto tiene una solución militar o no. Si se cree que sí, entonces no tiene nada que hacer en este taller pero si se cree que no, como lo entiendo yo desde hace años, se hace todo más fácil…… Yo no soy tan iluso de creer que un taller puede solucionar el conflicto o ayudar a solucionarlo todo pero el trabajo en conjunto desmitifica. Cuando un sirio y un israelí se esfuerzan en tocar el mismo acorde algo los cambia. Yo pretendo que ellos entiendan que en muchos puntos nuestros destinos están unidos y que no existe otro camino que encontrar el modo de vivir juntos en la zona. Yo creo que nuestro trabajo ha modificado la vida de todo aquel que ha participado. Yo confío que a la corta o a la larga habrá un acuerdo de paz. ¿Eso qué significa? Que al día siguiente van a comenzar a ver qué tipo de contactos van a haber. Pueden lograrse contactos culturales, económicos, científicos... Yo digo: ¡por qué tenemos que esperar cuando podemos empezar con los contactos que pueden existir a través de la música!”Esta iniciativa, que le valió el premio Príncipe de Asturias en 2002 y ser nombrado Mensajero de la Paz de la ONU, surge del convencimiento que no puede haber solución militar al conflicto, tal y como él mismo explica en este interesantísimo artículo publicado en El País el 14/05/08 (LEER) y en el que describe su relación con Israel desde su llegada de niño hasta su progresivo distanciamiento. Barenboim subraya su “multinacionalidad.” Es el primer ciudadano del mundo con ciudadanía israelí y palestina (además de argentina y española), aceptando ambas con la esperanza de que sirva como señal de paz entre los pueblos.
“Anhelo que mi nueva condición sea un ejemplo de coexistencia palestino-israelí. Creo que los destinos de los pueblos israelí y palestino están inexorablemente unidos.”Tildado por algunos de pro-nazi y fascista por interpretar Wagner en Israel ha llegado a estar, según informaron los medios de comunicación en Israel, amenazado de muerte.
“El problema en Israel con Wagner no es por la persona o por su antisemitismo. El problema con Wagner es por las asociaciones que la gente tiene con los nazis. Wagner murió en el año 1883. Que fue un antisemita, eso lo sabemos. Que era el músico preferido por muchos nazis y por Hitler también se sabe. Pero hay que recordar que Wagner se tocó en Tel Aviv en 1936, la gente de este país apreciaba su obra musical. Wagner se dejó de tocar en Israel en 1938, tras la Noche de los Cristales en Alemania. Así se creo un vínculo entre Wagner y el nazismo”…… “A la gente que sufrió el Holocausto no hay que hacerles escuchar esta música. Hay que respetar el hecho de que no pueden... pero tampoco hay que darles el poder de definir quién puede y quién no puede escucharla. Ellos no pueden prohibir a aquellas personas que no sufren por esas asociaciones de que escuchen esa música. Hay que diferenciar entre la persona y su obra musical".
En Julio de 2001, la intolerancia israelí le impidió interpretar el primer acto de Walkiria, hoy os proponemos escucharlo en la interpretación que hizo la West-Easter Divan Orquestra el 25 de agosto de 2008, dirigidos por Barenboim y con la voz de Waltraud Meier.
Ayer, durante la presentación del Concierto de Año Nuevo, Barenboim criticó duramente la matanza que estos días tiene lugar en Gaza.
"Naturalmente, Israel no puede permitir que le tiren misiles desde Palestina, pero el baño de sangre que se está viviendo es absolutamente inaceptable, humanamente inaceptable"."Es un enigma que tanta gente inteligentísima en ambas partes y en el mundo entero no entienda algo relativamente tan sencillo"."Espero de los líderes de Israel que tengan una inteligencia mayor y más sutil que tirar bombas y matar gente. Como demuestran los horribles acontecimientos de los últimos días, este conflicto no se podrá nunca resolver mediante la violencia".Daniel Barenboim tiene un sueño y a él dedica todos sus esfuerzos. Hoy tampoco, por desgracia, logrará acallar el ruido de las bombas con la fuerza de su batuta, pero seguro que no cejará en su empeño.
Os ofrecemos unos videos del Concierto de Año Nuevo (1/01/09), dos de ellos subidos por nosotras, del Concierto de Año Nuevo en el Musikverein de Viena, donde Barenboim ha obtenido un gran éxito.
El primero es el final del cuarto movimiento de "La sinfonía de los Adioses", de Haydn, en el año de conmemoración de los 200 años de su muerte en Viena. Esta pieza concluye con la misma dramaturgia de su estreno mundial: los músicos abandonaron uno a uno el escenario y dejaron al director al frente sólo de dos intérpretes, en protesta porque se les queria trasladar fuera de Viena. Finalmente, los dos restantes también deciden marcharse. Barenboim nos demuestra con creces su sentido del humor y sus dotes interpretativas.
El segundo corresponde a la Polka de Strauss.
Y el tercero es tradicionalmente el bis que cierra el concierto, la Marcha Radetzky, en el que Barenboim dirige incluso las palmas del público, que luego le dedica una larguísima ovación.
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Tenemos notícias de que Decca pondrá a la venta la versión en CD del concierto el 7 de enero, en DVD el 12 y, por primera vez, la versión en la nueva tecnología Blu-Ray, el 16 de febrero