Ayer llegué a las 20 h al hotel, comí algo, y a las 21,30 aún habia luz natural y decidí acercarme a la Staatsoper que está a unos 5 minutos del hotel, para ver los preparativos. Vi la pantalla gigante en la BebelPlatz, estaban haciendo pruebas. Hice fotos, y me he acerqué a la entrada principal de la ópera. Habia unas cuantas personas esperando por allí, y, de golpe, vi que abrian las puertas y entraban todos. Yo detrás, claro, sin preguntar nada.
El grupito entró en el vestíbulo, y se pusieron a hacer cola delante de una mesa en la esquina. Ellos daban un billete de 5, y les daban una entrada....¿para qué? pues para la última visita guiada que se ha hecho en la actual Staatsoper, unas visita nocturna.
Parece ser que ellos ya tenían las reservas hechas por Internet, sólo pagaban. Yo cogí un billete de cinco euros y me acerqué a la mesa. La amable señorita me preguntó algo en alemán, yo le dije en inglés (o algo parecido) que no tenia reserva, ella me soltó otro párrafo en alemán, y me dió una entrada. Total que me añadí al grupo y hice la visita, de una hora y media. Estuvimos por todas partes, mucho rato en el escenario, mientras los operarios trabajaban. Toqué el suelo negro que hoy pisará Rolando, estuvimos en los camerinos (no en el de Rolando, por desgracia)....ufffff, estuvo muy bien.
Obviamente, no me he enteré de nada de lo que explicaba el señor Freyer. Si, si, el guia se llamaba Freyer como Achim, el director del Onegin...¿seria su hermano "pobre"? Hice muchísimas fotos, con la sensación de que todo eso iba a desaparecer, de que ya nadie detrás haría esa visita, vería esos rincones destartalados, esos terciopelos ajados, los dorados añejos. Por eso no me importaba tanto lo que decía el guía, sino tratar de retener en mi retina y en mi Lumix todo aquello, lleno de historia, de música, de tantas noches gloriosas, que pronto desaparecerá. Nadie veria ya la sala desde el medio del escenario. Bueno, si, Rolando y los cantantes de hoy, y basta.
¿Sabéis cual era mi ilusión? pues estuve todo el rato mirando si en algún rincón del escenario, entre maderas o en alguna esquina, se habia quedado alguna pelotita roja de las que lanzan sobre Rolando, en el suelo, en un momento de la obra. Pero no vi ninguna! Hubiera sido un buen recuerdo que llevarse a casa y, con la cantidad que le tiran, Rolando no hubiera echado en falta ninguna.
Esta tarde me dirijiré pronto hacia la ópera, he quedado con muchas gente (la verdad es que ya no recuerdo a todos) delante de la Ópera, a las 17 h. Hay un ambiente festivo en la ciudad, y la de hoy promete ser una gran noche.
la pantalla gigante
la Bebelplatz con la pantalla al fondo
el pasillo del vestíbulo
la sala
la sala desde el escenario
parte interna escenario
parte superior escenario
camerino Rene Pape
Rolando en su primera Traviata en la Staatsoper (creo)
detalle ¡que joven!
Sala de la que no llegué a saber el nombre
Mi plaza preferida de Berlin, la Gendarmenmarkt, al regresar al hotel