16 juin 2012

NOVEDADES EN EL PROGRAMA DE ROLANDO VILLAZÓN EN EL TEATRO ARRIAGA DE BILBAO (22/06)



Hasta hace pocas horas no se ha publicado en la web del Teatro Arriaga de Bilbao el programa definitivo del recital que ofrecerá Rolando Villazón el próximo viernes 22,  acompañado al piano por Gerold Huber.

Hasta ahora constaba allí que se interpretarían obras de Robert Schumann, Gabriel Fauré y Henri Duparc. Ya me temía los Diechterliebe otra vez, y Les berceaux, Invitation au voyage, etc., etc....deliciosas obras, pero ya se las he oído cantar a Rolando tantas veces...

Afortunadamente, el programa actualizado hoy me parece muy prometedor y, además, muy extenso:

I parte
L. van Beethoven (1770- 1827)
Adelaide
Der Kuss

Richard Strauss (1846 -1949)
Allerseelen
Caecilie
Morgen
Zueignung

Manuel de Falla (1876 -1946)
Siete canciones populares

Descanso

II parte
Gaetano Donizetti (1797- 1848)
L'amor funesto
Il sospiro

Vincenzo Bellini (1801- 1835)
Vaga luna che inargenti
Malinconia
Torna vezzosa

Giuseppe Verdi (1813-1901)
Non t'accostare all'urna
In solitaria stanza
L'esule


La mayor parte del programa no es inédito y, en un momento y otro, Rolando ha incluído estas composiciones en su repertorio. Las canciones de Strauss las había cantado, como mínimo, en un concierto en New York, en 2004, y las de Falla, por ejemplo en su último recital con Hélène Grimaud, en abril de 2010. Toda la segunda parte está formada por incorporaciones recientes, de su gira Trésors du Belcanto.

Pero no recuerdo que las dos canciones iniciales de Beethoven (Adelaide y Der Kuss) las hay cantado en público hasta ahora, y veo que las ha incorporado también en el programa de otros conciertos próximos, como el de Verbier (4/08). 

Adelaide
   Una de las primeras publicaciones de Beethoven (Opus 46), "Adelaide" fue escrita en 1795-96 durante el "Período vienés" del compositor. La añoranza por la exaltación inalcanzable, de la naturaleza y la glorificación de la muerte son los temas recurrentes de Adelaide, que también caracterizan a la época romántica. En efecto, el amor no correspondido parece haber caracterizado la vida de Beethoven, sobre todo visto en su famosa carta a la "amada inmortal", que expresa sentimientos similares a los encontrados en "Adelaide": "Oh Dios, mira hacia las bellezas de la naturaleza y el confort de su corazón con lo que debe ser.... "

Der Kuss
Der Kuss" (ó "Der Kuß") ("El beso"), fue la última de las canciones de Beethoven que fueron publicadas. Sin embargo, aunque el manuscrito autógrafo está fechado en diciembre de 1822, la canción fue esbozada casi en su forma publicada en 1798 -mucho antes de que muchas de sus otras canciones fueras escritas. Varios bocetos con ligeras alteraciones fueron hechos mientras Beethoven estaba trabajando en la obertura "Die Weihe des Hauses" ("La Consagración de la Casa") Op. 124 y en la Novena Sinfonía. A comienzos de 1823 ofreció "Der Kuss" terminada a la editorial Peters, pero Peters la devolvió porque la encontraba demasiado breve. La canción fue finalmente publicada en 1825 por Schott y Cappi en Maguncia y le fue asignado el número de Opus 121, que sería cambiado por Opus 128 en 1828, al año siguiente de la muerte del compositor .

El poema de Christian Felix Weisse es una historia humorística: un hombre no identificado relata su experiencia con una mujer llamada Chlöe: El hombre está a solas con Chlöe, y quiere besarla. Ella le dice que si lo hace, va a gritar. La besa de todos modos, "a pesar de su resistencia". El interlocutor entonces le pregunta "¿Y ella no gritó?". Él responde: "Sí, ella gritó, pero no fue hasta mucho más tarde" ("Ja, sie schrie, / doch lange hinterher") .

La composición de Beethoven evoca inteligentemente cómo se desarrolla la historia. A medida que vence la resistencia de Chlöe, la música se vuelve hacia la dominante, aumentando la tensión. Cuando el protagonista pregunta al interlocutor "¿Y ella no gritó?", Beethoven aminora el ritmo anteriormente vivaz a un Adagio y repite la melodía de la pregunta en la parte del piano, creando el remate humorístico. En "Sí, ella gritó", se reanuda el tempo original y en "pero no fue hasta mucho más tarde" el cantante es instruido para sonreír.