6 juin 2013

EL TEATRO QUE SONRÍE CON SUS LUCES (ROLANDO EN EL LICEU)



Esta es la expresión que utilizó, hace ya muchos años, Rolando Villazón refiriéndose al Liceu: "el teatro que me sonríe con sus luces", por la forma de sonrisa de las lámparas del teatro. Pero si, más allá de la oscuridad de la sala, Rolando pudiera ver los rostros de los espectadores, en los que estuve fijándome ayer muy especialmente, vería que no son solo las lámparas las que sonríen iluminadas. La música de Donizetti es alegre y vital, la puesta en escena de Mario Gas muy lograda y el resto del reparto, muy bueno, pero la ternura, el lirismo, la entrega y la verdad de Rolando a su Nemorino son tales, que va directo al corazón del espectador, que no puede por menos que sentirse subyugado, feliz y agradecido.

Eso es lo que se ha vivido allí los cuatro días, con diferencias de matices. Ya puse aquí un adelanto de la première, pero preferí hacer conjuntas las crónicas de los días 30 de mayo y 2 y 5 de junio. Las cuatro funciones de L'elisir d'amor han sido diferentes entre ellas: la primera, la expectación del inicio, la del 30, las turbulencias "reales", la del 2, la más redonda, y la de ayer, algo extraña, bella y con susto incluido. En las cuatro ocasiones, el éxito ha sido total y el público ha salido muy satisfecho y feliz (importante matiz), después de largos aplausos, el balance es muy positivo y Rolando Villazón ha revalidado una vez más su relación con el público barcelonés. Podrían haber hecho 10 funciones más, y todas hubieran llenado. Porque funciona la fama de Rolando, funciona el  boca a boca, y porque muchas de las personas asistentes repetían Elisir en varias funciones, cosa poco habitual en general. También me han llegado muchos comentarios (de familiares, vecinos, amigos, etc) de la entrevista de Josep Cuní a Rolando (VER POST) donde quien no lo conocía, o lo conocía sólo de nombre, quedó fascinado por su personalidad abierta, generosa, espontánea y sincera. Y por la profundidad de sus aparentemente sencillas palabras...¿o era por la sencillez de sus aparentemente complejas frases?...bueno ¡será por las dos cosas!.

El día 30 se inició el show antes que la función. Parece ser que habían sido invitados los príncipes Felipe y Letizia a asistir a la representación. Faltaban unos 12 minutos para el inicio, la gente se iba colocando en sus asientos, aún faltaban muchos por llegar. Nada hubiera sucedido, seguramente, si unos pocos no hubieran iniciado unos aplausos a los representantes de la monarquía. En Barcelona no hay corte, y no tenemos, por tanto, costumbres cortesanas. Cualquiera es libre de asistir al Liceu, pero los aplausos quedan reservados para los artistas del escenario o foso. Por tanto, cuando sonaron los primeros aplausos, una parte muy numerosa del público empezó con abucheos y silbidos, que, además eran muestra del nuestro malestar con la Corona y el Estado Español, representado también por la muy impopular Gobernadora Llanos de Luna. El hecho es insólito y así quedó reflejado ampliamente al día siguiente en la prensa, porque refleja dos cosas: el malestar de los ciudadanos y también que el público del Liceu es afortunadamente variado en su composición. Ese incidente y la retransmisión por radio marcaron la función, donde Rolando estuvo excelente en la primera parte y algo menos en la segunda.

La representación del domingo 2 fue la más redonda, en todos los aspectos. Los cantantes estuvieron perfectos, y el público, el más cálido de los cuatro días,  entusiasmado al máximo, todos en pie en los largos aplausos y bravos finales.



Ayer fue un día extraño, con algunas descoordinaciones en escena. Rolando cantó muy bien la primera parte, aunque al final se le notó un poco ronco, pero nada preocupante. Antes de iniciar el segundo acto un anunció de megafonía avisó de.....pues no se supo exactamente qué, porque no se entendía nada por la mala calidad y el poco volumen. Yo sólo oí "Rolando Villazón"...y me supuse lo peor, ya que mis vecinos de asiento (que tampoco entendieron) me dijeron que no cantaba. Pero, afortunadamente, después de la barcarola en que Maestri pone a prueba la resistencia de la mesa del banquete, apareció Rolando por la derecha del escenario y respiré aliviada. Parece ser que lo que se dijo por megafonía era que "un resfriado le afectaba a las cuerdas vocales" y se pedía la comprensión del público. Y, curiosamente, cantó, con solvencia y mucho esfuerzo, una segunda parte preciosa, con una Furtiva bellísima, la mejor de los cuatro días. Oí y me comentaron "Pues si canta así estando resfriado, como lo hará sin estarlo" o "lo ha dado todo para no decepcionarnos". El público agradeció mucho esa entrega y esa valentía, que podía haber acabado con algún incidente vocal con facilidad, pero Rolando arriesga y apuesta y, aunque no siempre eso es sinónimo de éxito, en este caso lo fue, valió la pena y cerró con broche de oro esas cuatro representaciones.

Era también un sabor agridulce...por mi parte, el final de "10 dias de oro" con la posibilidad de ver a Rolando cuatro veces, y tambien de hacerlo en compañía de amistades muy cercanas, pero lejanas geográficamente. Afortundamente, Rolando no tardará en regresar a Barcelona, ya que cierra en el Palau de la Música su gira Verdi, el 27 de junio.

Os quiero hacer una petición: como sabéis, en estos días numerosos amigos y amigas de muchos países han venido a Barcelona para que no fueran los barceloneses los únicos en saborear el Elisir. Me gustaría pediros que escribáis unas líneas para el próximo post, no hace falta que sea muy largo, pueden ser dos párrafos, o dos adjetivos. Podéis contar lo que queráis: como lo habéis vivido, que os ha parecido Rolando, el Liceu, etc...Como siempre, en el idioma que queráis. Podéis enviármelo por email o bien dejarlo en los comentarios, y yo lo pasaré al nuevo post.

Y, para finalizar, un nuevo vídeo de MrsTLeigthon, con Una furtiva lagrima del 5 de junio, a  destacar la belleza del final.

LA MIRADA DE NEMORINO