Ayer viernes tuvo lugar en el Foyer del Gran Teatro del Liceu de Barcelona el recital de Ángeles Blancas, titulado "Me llaman la Primorosa". Este es el nombre de la primera canción que interpretó, de la zarzuela "El Barbero de Sevilla".
Este espectáculo tendrá el domingo 7 una segundo representación y, con ella, se cierra la actual temporada de sesiones "golfas" en el Foyer del Liceu. Parece ser que, de manera definitiva, se acaba con el actual formato, porque para la temporada que viene sólo están programadas dos actuaciones, pero no podremos gozar de uno de los principales atractivos de este formato: la distribución del público en mesas redondas para seis personas que, junto con las copas de cava que se ofrecen a la entrada, dan un informal tono de espectáculo de cabaret o music hall.
Pero volvamos a la protagonista: ÁNGELES BLANCAS. La soprano mostró en escena un poderío envidiable, sus dotes interpretativas son realmente fantásticas, y el vestuario realzó su físico exhuberante y desinhibidamente femenino, de curvas bien situadas, tan lejano de las rectitudes y escaseces asexuadas que nos imponen modistos y diseñadores. Hay una frase referida al vestido rojo que Marilyn Monroe llevaba en Niágara, que dice uno de los personajes del film: "para llevar un vestido así se debe haber ensayado desde pequeña". Pues eso ha debido hacer la Blancas, porque llevaba los ajustados y sinuosos modelos de Jesús Ruiz con un aplomo y una seguridad envidiables.
El recital se desarrolló en tres bloques, separados por interpretaciones del pianista, Giovanni Auleta. Al inicio, la Blancas apareció de rojo y canto "Me llaman la Primorosa", "Canción de la Gitana", "De España vengo, de España soy" y la "Canción de la Paloma". El abanico y el mantón le complementaron el atrezzo "racial", y los utilizó con soltura y gracia escénica. En las primeras canciones, la voz estaba aún fría y la vocalización no fue su fuerte, pero eso fue mejorando ostensiblemente a medida que avanzaba el espectáculo.
El segundo bloque apareció vestida de negro, con peineta, mantilla y largos collares. Las canciones fueron más contenidas y dramáticas, coincidiendo con el look. Cantó "Qué te importa que no venga", "Cuando está tan hondo" y "Sierra de Granada". En la última canción, "Vivan los que ríen" acabó cantando tendida en el suelo, sin disminuir ni un ápice la calidad de su emisión.
En el tercer bloque la Blancas salió con un vestido blanco-plateado y peluca rubia, ya entrando claramente en el terreno de la Revista. Cantó el "Tango de la Menegilda", el "!Ay Ba! y la "Canción del Higo". Desbordó picardía, expresividad y arrolladora sensualidad. Se llevó al público de calle, y, finalmente, nos regaló, como bis, "La Tarántula", donde se despachó a gusto con el bicho que pica y se esconde por todos los rincones, entre aplausos, bravos y piropos del público.
La dirección de escena era de Emilio Sagi, y, aunque el formato no se prestaba a los habituales despliegues colorísticos y de kitch pasado por la modernidad del autor, si que consiguió crear un entorno muy distanciado de la habitual caspa de este tipo de producciones, al igual, por otro lado, que las inteligentes interpretaciones de la Blancas.
Gran éxito, de las mejores noches de las "Golfas", para mi gusto, y cierto sabor amargo por la desaparición del formato. Por cierto, que aún quedan entradas para la función del domingo.
Yo estrenaba cámara de fotos (Lumix TZ7), y aproveché sus prestaciones para grabar un par de vídeos, que he subido a Youtube. Están grabados en alta definición, pero al cargarlos ha bajado mucho la calidad. Pendiente de ver la solución de este problema (seguro que la hay) os los pongo como testimonio del segundo y tercer bloque del espectáculo. El mejor es el segundo, donde canta "¡Ay Ba!".
Ah, me olvidaba...Ángeles Blancas cantó en 2001 una Traviata con Rolando Villazón, ambos en los papeles protagonistas, en el Teatro del Palacio de Bellas Artes, en México. Tengo la grabación, y en los próximos meses subiré algún vídeo a Youtube para disfrute de todos.
Este espectáculo tendrá el domingo 7 una segundo representación y, con ella, se cierra la actual temporada de sesiones "golfas" en el Foyer del Liceu. Parece ser que, de manera definitiva, se acaba con el actual formato, porque para la temporada que viene sólo están programadas dos actuaciones, pero no podremos gozar de uno de los principales atractivos de este formato: la distribución del público en mesas redondas para seis personas que, junto con las copas de cava que se ofrecen a la entrada, dan un informal tono de espectáculo de cabaret o music hall.
Pero volvamos a la protagonista: ÁNGELES BLANCAS. La soprano mostró en escena un poderío envidiable, sus dotes interpretativas son realmente fantásticas, y el vestuario realzó su físico exhuberante y desinhibidamente femenino, de curvas bien situadas, tan lejano de las rectitudes y escaseces asexuadas que nos imponen modistos y diseñadores. Hay una frase referida al vestido rojo que Marilyn Monroe llevaba en Niágara, que dice uno de los personajes del film: "para llevar un vestido así se debe haber ensayado desde pequeña". Pues eso ha debido hacer la Blancas, porque llevaba los ajustados y sinuosos modelos de Jesús Ruiz con un aplomo y una seguridad envidiables.
El recital se desarrolló en tres bloques, separados por interpretaciones del pianista, Giovanni Auleta. Al inicio, la Blancas apareció de rojo y canto "Me llaman la Primorosa", "Canción de la Gitana", "De España vengo, de España soy" y la "Canción de la Paloma". El abanico y el mantón le complementaron el atrezzo "racial", y los utilizó con soltura y gracia escénica. En las primeras canciones, la voz estaba aún fría y la vocalización no fue su fuerte, pero eso fue mejorando ostensiblemente a medida que avanzaba el espectáculo.
El segundo bloque apareció vestida de negro, con peineta, mantilla y largos collares. Las canciones fueron más contenidas y dramáticas, coincidiendo con el look. Cantó "Qué te importa que no venga", "Cuando está tan hondo" y "Sierra de Granada". En la última canción, "Vivan los que ríen" acabó cantando tendida en el suelo, sin disminuir ni un ápice la calidad de su emisión.
En el tercer bloque la Blancas salió con un vestido blanco-plateado y peluca rubia, ya entrando claramente en el terreno de la Revista. Cantó el "Tango de la Menegilda", el "!Ay Ba! y la "Canción del Higo". Desbordó picardía, expresividad y arrolladora sensualidad. Se llevó al público de calle, y, finalmente, nos regaló, como bis, "La Tarántula", donde se despachó a gusto con el bicho que pica y se esconde por todos los rincones, entre aplausos, bravos y piropos del público.
La dirección de escena era de Emilio Sagi, y, aunque el formato no se prestaba a los habituales despliegues colorísticos y de kitch pasado por la modernidad del autor, si que consiguió crear un entorno muy distanciado de la habitual caspa de este tipo de producciones, al igual, por otro lado, que las inteligentes interpretaciones de la Blancas.
Gran éxito, de las mejores noches de las "Golfas", para mi gusto, y cierto sabor amargo por la desaparición del formato. Por cierto, que aún quedan entradas para la función del domingo.
Yo estrenaba cámara de fotos (Lumix TZ7), y aproveché sus prestaciones para grabar un par de vídeos, que he subido a Youtube. Están grabados en alta definición, pero al cargarlos ha bajado mucho la calidad. Pendiente de ver la solución de este problema (seguro que la hay) os los pongo como testimonio del segundo y tercer bloque del espectáculo. El mejor es el segundo, donde canta "¡Ay Ba!".
Ah, me olvidaba...Ángeles Blancas cantó en 2001 una Traviata con Rolando Villazón, ambos en los papeles protagonistas, en el Teatro del Palacio de Bellas Artes, en México. Tengo la grabación, y en los próximos meses subiré algún vídeo a Youtube para disfrute de todos.
En el blog de Joaquim y en el de Mei podéis encontrar sus crónicas del recital:
IN FERNEM LAND
GTL TORN T
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