13 juil. 2009

28 ABRIL 2008, CONCIERTO EN TEATRO DE LA ZARZUELA DE MADRID


El 29 de abril de 2009 teníamos que poner este post, recordado que justamente se cumplía un año del concierto de Rolando Villazón en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Una noticia totalmente desconcertante de ese mismo día, el anuncio por parte de Rolando de su futura operación, hizo que el post de aniversario no se llegara a publicar. Hemos sabido que Juana, una villazonista de Buenos Aires, también estuvo allí, e incluso charló con nosotras. Y hemos decidido, finalmente, poner el relato de aquella noche, que fue escrito al día siguiente en el tren de regreso a Barcelona


Lo que ocurrió ayer noche fue extraordinario, en todos los sentidos. Fue una noche (han sido unos días) totalmente redondos, no podemos pedir que nada hubiera salido mejor, ha superado nuestras expectativas, que no eran precisamente pocas.

Esta crónica la firmamos Tosca, Judit, Carme y Teresa Se ha ido gestando durante el rapidísimo trayecto ferroviario y nos ha parecido que ha sido salir de Atocha (Madrid), y entrar en Sants (Barcelona). Bueno, de hecho nos ha parecido que ha sido salir de Sants y volver a entrar en Sants en poco tiempo: ha sido todo tan intenso, que ha pasado volando !!! Por cierto, que justo al finalizar el viaje, un amable señor de Valladolid que parece que iba sentado delante nuestro, se ha levantado y nos ha dicho que le hemos dado un viaje entretenidísimo, que le parecía estar oyendo una crónica radiofónica y que se ha divertido mucho con nuestro relato...


Volvamos a ayer antes del concierto: quedamos en un bar cercano al Teatro de la Zarzuela las cuatro, más Teresa-hija (que había llegado al mediodía de Barcelona) y Fedora (más encantadora y cercana, imposible, era como si ya nos conociéramos de toda la vida). Estuvimos un buen rato charlando, y luego nos encontramos a la puerta del teatro con Glòria-Olympia. Se añadieron más adelante la anfitriona madrileña, Victoria, con su amiga Gloria.

Ocupamos nuestros asientos y allí vino la única sorpresa negativa: nosotras habíamos adquirido (y así constaba en las entradas) cinco localidades de primera fila, que resultaron ser tres de primera fila y dos de segunda, estas con mala visibilidad. Lo subsanamos parcialmente colocando cuatro sillas más apretadas, e hicimos turnos con el asiento trasero. El teatro estaba "ligeramente" polvoriento, dabas un pequeño golpe en el terciopelo de la barandilla y una nube de polvo te envolvía al momento. También deberían actualizar el sistema de aire acondicionado: más que nada, debería ser silencioso. Estas son las únicas pequeñas pegas, fácilmente olvidables en medio de todo lo demás.



Sólo salir al escenario, Rolando fue fuertemente aplaudido y braveado convenientemente. Los bravos y otras expresiones de apoyo (no hace falta relatarlas todas) fueron in crescendo durante el concierto, sobretodo (aunque no sólo, desde luego) provenientes de un palco cercano al escenario. El programa estaba dividido en dos partes, la primera empezaba con el intermedio de l'Amico Fritz para dar paso a la primera aria Tenda natal del Figliuol prodigo de Ponchielli, nada más empezar ya pudimos constatar que el estado vocal del Rolando se correspondía exactamente a su estado físico: estaba feliz y radiante y así sonó su voz, potente, llena de matices, segura y con proyección. Tras el Intermezzo de Adriana Lecouvreur llegó el turno de La dolcissima effigie de la misma obra, aqui Rolando estuvo brillante en el legato, reforzando la sensación inicial del buen estado vocal que se decayó ni un momento en la siguiente interpretación de L'anima ho stanca donde añadió además gran dosis de dramatismo. Esta primera parte se cerró con el Preludio de la Gioconda y la interpretación de Cielo e mar cantada con una gran intensidad. Llegados a este punto los aplausos eran ya un estruendo.


En el entreacto, bajamos al bar, como es de recibo, a comentar, contemplar y reírnos, más que nada.



La segunda parte estaba concebida como lo que acabó siendo: una fiesta. Las piezas escogidas eran todas de zarzuela. Empezó con la Canción Guajira que fue interpretada, como no, tratándose de quien se trata, con humor (juegos y guiños con el director de orquestra ), desparpajo y dedicatoria incluida a su bella esposa Lucía que estaba en platea (cambiando lucero por Lucía ) y que recibió el beso lanzado por Rolando desde el escenario. Continuó con Ya mis horas felices y Madrileña bonita (con lapsus en la letra que suplió como pudo...) para terminar con un No puede ser SOBERBIO, ESPECTACULAR DE CAERSE DE ESPALDAS que arrancó un rugido general (ni que decir tiene que el más sonoro vino del palco de las Villazonistas, por supuesto).

Llegados a este punto el público ya estaba rendido a sus pies y pidiendo bises con sus aplausos. Hay que hacer constar que las piezas orquestales que se intercalaron en esta parte (Intermezzo de La boda de Luis Alonso y el preludio de El tambor de granaderos, contribuyeron y mucho a animar más el ambiente con su energia y vitalidad )


Y los bises llegaron: el primero, Quando le sere al placido, PERFECTO, sin estridencias, cantado con exquisito gusto, fue quizás la mejor interpretación de un recital perfecto, para acabar con la repetición del No puede ser, previo aviso de que seria la última. Nos extrañó que el público no estuviera más rato aplaudiendo al final, a pesar de que saber que no habrían más bises. En un concierto de este nivel y calidad, con el público enfervorizado, lo normal en nuestras latitudes hubiera sido estar aplaudiendo bastantes minutos más. El motivo de que no hubieran mas bises parece ser que fue poder atender compromisos institucionales varios (léase Presidenta de la Comunidad que, por cierto, no aplaudió en absoluto).


Al finalizar, después de bravear y aplaudir muy larga e intensamente, con Carme y Tosca escondiéndose medio avergonzadas, Judit y Teresa empezamos a lanzar pétalos al escenario… ÉL, cuando lo advirtió, se acercó hasta debajo de nuestro palco, nos envió un beso alucinante, y cogió con delicadeza un pétalo del suelo y, en un gesto de príncipe de cuento, se lo colocó primero encima del corazón, y luego lo guardo en el bolsillo superior de su chaqueta….En fin, describir nuestro estado en aquel momento sería imposible…


A la salida, nos despedimos de la encantadora Gloria-Olympia, y nos encaminamos, junto con Fedora, a la salida de artistas. Parece ser que desde el Teatro se podía acceder internamente a un espacio donde Rolando firmaba y atendía a sus seguidores… pero no lo supimos hasta pasado un cierto tiempo. Las quince o veinte personas que estábamos fuera, en la calle, estuvimos haciendo "presión psicológica" al guardia jurado, hasta que, después de algún tira y afloja, accedió a dejarnos entrar. Fue mejor, porque ya había salido el grueso de gente, y se entretuvo algo más con los últimos. Y el guardia jurado fue debidamente recompensado, a la salida, por Judit que, en representación de todas, le estampó dos sonoros besos.




Volvamos a Rolando: llevaba una preciosa camisa de flores que pocos hombres sabrían llevar tan bien. Estaba guapísimo, radiante, solare (que dicen en Italia) !!!. Al natural, gana muchísimo, las fotos endurecen sus facciones, pero de cerca….
Cuando nos tocó el turno… FUE INENARRABLE …nos había saludado ya en nuestro palco, supongo que porque nos oiría y vería bravearle (ejem, como todo el teatro, por cierto)…y al vernos, nos saludó con efusivos abrazos (ver el de Tosca, no tiene desperdicio !!!). Estuvimos hablado unos buenos minutos con él. A Carme le cantó un fragmento de Carmen, como corresponde (no hay grabación, sniff)…nos firmó a todas, con dedicatorias, dibujitos, flores y corazones incluidos, y nos hicimos la foto de rigor…

Y entonces vimos que, encima de la mesa en la que estaba Rolando, había tres pétalos de los que habíamos lanzado, uno de cada color, que ÉL había recogido y había dejado, bien colocaditos, allí !!!