23 mai 2010

LOS VIDEOS DE LA TRAVIATA DE ZURICH

Aquí tenéis dos videos de la pasada Traviata que cantó Rolando Villazón, en Zurich, el día 21. Os adjunto también una crítica, la primera que ha salido, y fotos de Anne que había quedado pendientes.


UN DI, FELICE, ETEREA

LUNGE DA LEI
 


Crítica de 

traducción aproximada:
¡Rolando Villazón ha vuelto! Este mensaje, después de un tiempo de espera, ha causado la felicidad de los amantes de la Ópera. Después de su reaparición, con gran éxito, en Viena, como Nemorino, y de una gira de Conciertos Handel, él ha estado ahora en la Ópera de Zürich con uno de sus papeles más famosos, el de Alfredo en La Traviata, de Verdi. Villazón ha conseguido un éxito sensacional. Lo que ha ofrecido en esa noche ha sido excepcional. Vocal y teatralmente hablando, él se entrega a fondo en su papel. Su voz se ha vuelto más plena y más oscura, sin perder su brillo y suavidad. Con un alto grado de entusiasmo y una gran espontaneidad, él se entregó a su interpretación, con una alta intensidad. Por este motivo se llevo los mayores aplausos.

y unas cuantas fotos más de Anne








NOVEDADES SOBRE EL CONCIERTO DE ROLANDO, EL 17 DE JUNIO, EN CIUDAD DE MÉXICO




Dear Friends,

I am greatly looking forward to my upcoming concerts in Mexico. This is a very special year for Mexico, and the Mexican government has decided to mark the occasion by making the concert in Mexico City on June 17 an exclusive event for the children and families of the national education system and a number of cultural institutions.

My concerts in Guadalajara and Acapulco are of course open to everyone and I look forward to seeing you there.

Rolando




Queridos amigos,
Estoy muy emocionado por mis próximos conciertos en México. Este es un año muy especial para México y el gobierno mexicano ha decidido celebrar la ocasión al ofrecer el concierto en la ciudad de México el día 17 de junio exclusivamente a los niños y a las familias del sistema educativo nacional y a otras instituciones culturales.
Los conciertos en Guadalajara y Acapulco por supuesto que serán abiertos para todo el público. ¡Ahí nos vemos!
Rolando



ROLANDO VILLAZON EN LA TRAVIATA DE ZURICH 21.05.10



La Traviata es una ópera en la que ha de quedar muy clara una cosa: la extraviada protagonista debe oscilar entre la libertad moral (o ausencia de moralidad), la vida alegre y hedonista y el “pentimento per amore”, ese amor de Alfredo que la “redime” de sus anteriores excesos y alegrías, impropios de mujer decente, y la confina a un huertito a plantar lechugas.

Pero el amor la transforma tanto, que, sólo por el bien de Alfredo y su familia, es capaz de volverse a la vida alegre, aunque ella, llegados a ese punto, ya lo haga con espíritu de sacrificio y sin disfrutar, sólo como penitencia que le toca pasar para penar su disoluta vida anterior a Alfredo. En Violetta debemos ver esos pasos, la liviandad inicial, fresca y desprejuiciada, el amor “croce e delizia”, que, de hecho, la acaba clavando en la cruz, cuando debe renunciar a la “delizia”. Alfredo es un papel más lineal, se enamora, se desengaña y se da cuenta, al final, de que el engaño no era tal, solo sacrificio de la extraviada.


Pues en esta Traviata de Zurich falla la primera premisa. Eva Mei canta aceptablemente bien, y da el tipo, y actúa. Pero en ningún momento cambia de registro, no vemos a la cortesana, después a la sacrificada neo-rural, y al final a la moribunda. Parece que todo lo cante igual. Canta el “Sempre libera” como si cantase el “Parigi o cara”. Realmente es una Violetta muy correcta, y, si tuviera que destacar algo de su actuación, destacaría el tercer acto, donde pone toda la carne en el asador en las escenas finales, dando todo lo que puede dar, y acabando extenuada. Pero no brilla, no seduce, no cautiva, como es imprescindible en toda extraviada.

Sin que se luzca la que da el título a la obra, la verdad es que ya pierde bastante peso una producción. Pero si además tiene una dirección escénica bastante errática, y la escenografía es totalmente anodina, por no decir de risa (el cuadradito con arena plantada con brotes de lechuga del segundo acto) la verdad es que poca cosa hay que hacer. Tal vez un buen coro y una enérgica dirección musical. Pues no, tampoco hubo esa suerte en Zurich.








Pero, afortunadamente, Rolando Villazón hizo brillar la escena cuando estaba presente, y Leo Nucci mostró que el que tuvo, retuvo. Rolando empezó, a mi juicio, como un poco bajo de energía. No sé, le noté un poco desubicado, no vocalmente, pero sin su habitual poderío escenico. Pero eso duró muy, muy poco, en pocos minutos se puso en su lugar y ya en el Un di felice, eterea del primer acto sonó de maravilla, en un magnífico estado vocal.



La apoteosis llegó al principio del segundo con el Lunge da Lei, lo más aplaudido y braveado de toda la función. Ese segundo acto es el del huerto de lechugas, en un arenal de estos en que los niños juegan en los parques. Y la pobre extraviada, recogiendo los tiestos de los cogollos de lechuga. 



El tercer acto es el único que me gusto escénicamente, al menos me pareció correcto, aunque, como en los otros, la iluminación de los cantantes dejó mucho que desear. Hay un momento en que Alfredo y Violetta están cantando en medio del escenario, en el único espacio en el que no hay ninguna iluminación. A pesar de esto, Rolando estuvo conmovedor en el Parigi, o cara:



El final fue realmente emotivo, sobretodo por el empeño de Rolando y allí ya he dicho que Mei me convenció algo más. Como curiosidad, la obra se acabó con el Oh, gioia de Violetta, y no se cantaron los últimos versos de la ópera, exactamente estos: 

TUTTI
O cielo! muor!
ALFREDO
Violetta!
ANNINA, GERMONT
Oh Dio, soccorrasi...
DOTTORE
(dopo averle toccato il polso)
È spenta!
TUTTI
Oh mio dolor!







Al final, grandes aplausos para todos. Parece ser que a una parte del público asistente si que le gustó Mei, que es una figura casi fija de la Ópera de Zurich. Los vítores duraron largo rato, lástima que no conté los minutos, pero fueron muchos. Para Rolando, para Mei, y también una gran ovación para Nucci. Salieron a saludar muchas veces, como podéis ver en el vídeo. 







Al acabar la función, un muy numeroso grupo de espectadores se dirigió a la salida de artistas, para saludar a Rolando. No sabemos si eso es una costumbre habitual en la Ópera de Zürich, o bien se vieron desbordados por el número de personas, el caso es que decidieron que Rolando atendiera a sus seguidores...¡encerrado entre cristales blindados!
Se situó al tenor en el garito blindado de la recepción de la Stage Door, y, al haber dos ventanillas, Rolando se tenía que repartir entre una y otra, mientas sus seguidores se amontonaban a ambos lados. Suerte que todo el mundo se tomó el tema con resignación y buen humor, e incluso Rolando acabó haciendo bromas mientras bebía una cerveza, eso si, Coronita.