11 juil. 2010

LA BIBLIOTECA DE ROLANDO VILLAZÓN

Este es el nombre del programa que el  23 de abril de 2010 se emitió por la radio France Inter, dentro del espacio Esprit Critique. Rolando recibió en su casa parisina de Neuilly  a Gérard Courchelle, para mostrarle su biblioteca.

Lo podéis escuchar aquí directamente, o si lo preferís, descargarlo en el botón siguiente. Y para facilitar la comprensión o la traducción, he contado con la inestimable ayuda de Judit, que lo ha traducido al español. Tarea complicada, transcribir y traducir a Rolando, por su desbordante expresividad. ¡Muchas gracias!
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Rolando Villazón es un cantante de ópera, un tenor, tiene 38 años, lleva una carrera internacional desde hace una decena de años. Nacido en Méjico en un de origen modesto, ha decidido vivir en Francia, en París, tiene la doble nacionalidad. Después de haberle visto en escena a menudo se adivina un temperamento incandescente, habiéndome cruzado con él durante algunas entrevistas para la radio le sabemos amical, directo y magnético, en suma, todo un personaje. Vive con su mujer y sus dos hijos en un piso sin ostentación, el piso de un nómada, un nómada por gusto al vasto mundo, un nómada por necesidad profesional puesto que Rolando Villazón canta en todos los grandes teatros y en todas las salas de conciertos del planeta. Aquí le tenemos, inagotable, con su francés pedregoso, en su biblioteca.

RV: Bueno, aquí es donde recibimos a nuestros invitados, mi piano está delante de mí…

E: Un piano vertical…

RV: Un piano vertical, sí. A mi derecha tengo una parte de mi colección de libros, hay una marioneta, también una vieja máquina de escribir, que viene de México, los libros están ahí, al lado de pequeñas esculturas, y espero que sean cosas vivas, porqué un libro no debe ser simplemente algo para… decorar la casa, un libro debe ser… un ser, un objeto libre, lleno de vida, con el cual debemos jugar, consultar, hablar de nuevo… ¿Nosotros, qué somos? Somos la suma de las experiencias, y para mí los libros son compañeros, si la vida es ir hacia delante pues los libros son mis compañeros, hemos caminado juntos y seguimos caminando juntos, y los hay por todas partes, aquí hay una parte, allí, justo al lado de la habitación de mis hijos hay más, en la pequeña habitación donde escribo… un poco por todas partes. Una vez leí qué es lo que hay que hacer para que nuestros hijos se conviertan en lectores. Un escritor decía que hay que dejar libros por todas partes, hay que leer, que nuestros hijos nos vean leer, y después hay que esperar que algún día tengan la curiosidad de coger uno de estos libros que encuentran por todas partes y digan, ¿a ver, esto que es? (ríe)

E: ¿Es así como lo hizo Usted?

RV: Yo no había leído nada de pequeño, de hecho fue una casualidad, ya que tenía unos 9 o 10 años, fui a una fiesta benéfica en la que teníamos que… (Rolando duda con la palabra) darle… a globos…

E: pinchar globos…


 
RV: Exacto, ¡pinchar globos!... Bueno, lo hice, y gané. Estaba super contento, y ¿cuál fue el premio? ¡Un libro! Y me dije: vaya… un libro… Era Jack London, “La llamada de la selva”, y me dije, bueno, ya que lo tengo, voy a leerlo. Empecé a leer, y por suerte, me sentí en seguida capturado por la poesía, por la historia, por la imaginación, y me dije: ahhh, acabo de descubrir un mundo extraordinario… Y el primer libro que compré,,,, fui a una tienda donde comprábamos comida y otras cosas, y en un pequeño estante había algunos libros y me preguntaba, ¿cuál, cuál, cuál cojo? Y como había leído la historia de un perro, el perro blanco, una historia que… ahhh…, me encantó, busqué algo así y, ¡ya lo tengo! ¡“El lobo estepario”!... (risas)… Herman Hesse, “El lobo estepario”!! (risas). ¡Nada más y nada menos que Herman Hesse! Un lobo, en el fondo otra especie de perro, y me dije, pues vale… Y bueno, no trataba sobre ningún lobo, pero creo que todavía quedé más impresionado por ese libro, y a partir de ahí empecé a buscar todo lo que pude leer sobre Herman Hesse, de ahí pasé a Kafka, y de ahí, bueno, de ahí…


E: El resto… Desde aquí  veo que hay libros infantiles…

RV: Sí, pero estaba intentando ver si lo tenía aquí… no me gusta tener los libros… Ah! No, éste es “El proceso”… no, creí que estaba aquí “El lobo estepario”, que acabo de releer no hace mucho (se oye a Rolando buscando entre los libros) y…ohhhh… fue todavía más… increíble.

E: “El mago de Oz”…

RV: Sí, claro, y tengo “Pinocchio”, y “Peter Pan” por algún sitio, y…

E: Hay evidentemente literatura en lengua española, pero veo en el estante de abajo literatura en lengua inglesa, y ahí a los grandes de la literatura francesa… ¿lee en todas esas lenguas?

RV: Lo intento, sí… para las novelas, si tengo que leer traducciones las leo en español, si leo ensayos, de filosofía, por ejemplo, los leo en inglés, y incluso si están escritos en francés, creo que por aquí está Bergson, “Le rire”, no se si… ahí está, y en italiano y francés, intento, si puedo, leer en la lengua original, se gana justamente esta comunicación directa con el autor, aunque también es verdad que acabo de leer un libro en la lengua original y a continuación la traducción, Virgina Wolf, “Orlando”, y decidí leer la traducción porque es de Borges, y uno puede percibir el arte de Borges ahí dentro, y el libro se convierte, en cierta manera, en otra novela (risas).

(Música)



RV: Cuando hablo de diálogo, sabe, tenemos a Mishima, la tetralogía de Mishima y si lo abres…

E: Hay notas escritas…

RV: Hay notas, porque en este caso me peleé con él. Lo adoro, es una poesía extraordinaria pero no estoy de acuerdo con las ideas, por lo que hubo un debate, aquí escribo, hablo con el libro, a veces dibujo sobre le libro, ¿ve?, aquí digo (Rolando habla con tono contrariado y en español): pero no, siempre tiene la… mente superior (ahora en francés)… siempre tiene que haber un cerebro superior, no…!

E: Y usted no está de acuerdo…

RV: No.., se sitúa cerca del fundamentalismo, bueno, en fin, me pongo a, pero…

E: Los Mishima son en español…

RV: Sí, los Mishima son en español. Uh!, mire, esto es un regalo de “Deutsche Gramophone”, una primera edición de “Berlin Alexanderplatz”, Alfred Döblin…., mire que bonito… Es… ah, la audiencia no puede verlo!! (risas)… lo siento!

RV: Ahhhhh (Rolando inspira profundamente….)

E: Y yo me quedo sin voz, y Rolando Villazón lo huele, usted lo está oliendo…

RV: Ah, sí, me encanta abrir el libro y… (se nota como Rolando aspira profundamente) ahhhhh… es genial… (con voz entusiasmada)… es… Los libros hay que…, hay que tocarlos, hay que... A mi me encantan los libros, me gustan las ediciones bolsillo… bolsillito….bolsillito?... (no está seguro de la palabra)

E: Ediciones bolsillo…

RV: …bolsillo, y no porque no sean caras, sino porque uno puede jugar todavía más con el libro, me encanta cuando me encuentro… yo que se, me encuentro una pequeña mancha y es una lágrima, o el café que uno ha olvidado ahí, o…de pronto me digo: ah mira!, un número de teléfono que anoté… Mire, le quiero mostrar, aquí en el medio he hecho una especie de pequeño espacio… son todo libros de Níkos Kasantzákis el gran escritor griego, conocido por su “Zorba”, porque Anthony Quinn lo llevó a la pantalla, pero también por… creo que la gente no sabe que él es el autor, por la “Dernière tentation du Christ”…

E: Sí, bastante polémico…

RV: Sí, hubo algún problema, pero bueno… Todo empezó con un escritor mexicano amigo mío que me regaló “Zorba”, lo tengo aquí firmado por el hijo del autor (ríe), el original en griego, y me encantó la fuerza, el espíritu, la comunicación de este hombre, y me puse a comprar todo lo que encontré, pero no me fue fácil, así que fue una bonita aventura, la de ir a todas las librerías de segunda mano, anticuarios, para encontrar los libros… mire, quiero enseñarle, la audiencia no lo puede ver pero es una edición curiosísima de tres obras de Kasantzákis (se oye como Rolando va girando las páginas), está un poco usado, que actualmente ya  no se puede encontrar hoy en día. Encontré también “Liberté ou Mort” en una edición como las de antes, que hay…

E: Hay que cortar, con un cortapapeles…

RV: …cortar, exacto…

E: Y también tiene notas escritas…

RV: Bueno, pues para terminar con esa pequeña historia, había un libro que yo quería a toda costa, y era la continuación de “La Odisea”, que él escribió, por supuesto le apasionaba Homero, y decidió escribir que pasa con Ulises cuando regresa a Itaca, y según él… dice que es alguien que debe continuar viajando, así que le vuelve a hacer viajar de nuevo, escribe la continuación y lo hace en verso, como Homero, pero escribe 33.333 versos, es…¡es enorme! Así que intente encontrarlo, y ni siquiera estaba traducido al español, no puede encontrarla, intenté encontrar la traducción inglesa, pero tampoco la encontré, y me dije, bueno, pues se acabó. Un día voy a New York a hacer unas audiciones, y un amigo me dice, “ven a comer a casa”. Voy a comer a su casa, hablamos de ópera, ta ta ta… y de pronto le hablo un poco de Kasantzákis, porque había intentado…. y me dice: “ah, pues mira, tengo un libro que me gustaría regalarte, una primera edición de uno de sus libros que creo que te gustará”. Le contesté: “por supuesto que me encantará, sería genial”. Me dije, “una primera edición de “Zorba”, genial… ¿Y que es lo que me trae?

E: Ahí está!

RV: “The Odyssey: a Modern Sequel”. Y fue… ahhhh…

E: Ahí están los treinta y tres mil trescientos…



RV: Exacto, están todos aquí… Es… es… fantástico, y además hay dos dedicatorias, está la dedicatoria para él, puesto que era un regalo para él, y la dedicatoria que él hizo para mí, y ¿sabe? Me encanta esto… los libros deben viajar… Cuando alguien viene a mi casa y me dice: “Oye, me puedes dejar este libro?... Sí, cógelo…

E: ¿Entonces no tiene Usted instinto de propietario o de coleccionista?

RV: No… Bueno, quizás hay algunos libros no dejaría (ríe)..

E: Ahh…. Claro, los libros de Kansantzákis se quedan aquí…

RV: (ríe) Exacto…

(Música)

RV: Y aquí tenemos, por ejemplo, a Italo Svevo, “Senilità”... pero me acuerdo que me puse a leer a Svevo justamente en Trieste, de dónde es él, y fue un  buen momento para leerle. Pasé ocho horas en un puerto, esperando la puesta de sol, leyendo “La coscienza di Zeno”, pero también leyendo en el agua las pequeñas historias que tenían lugar, la de una pequeña medusa que bailaba con una bolsa de plástico, o las historias que encuentros que pasaban en el puerto, como la de un joven que venía y hablaba, y luego se iba, pero volvía de nuevo… Realmente ocho horas donde pasé de la literatura, de la vida dentro de las páginas del libro, a la vida dentro del agua, en el mar, y de la vida a mi alrededor, me acuerdo que comí pizza, bebí vino, fue una tarde extraordinaria y pensar que… que todo aquello pasó ahí, que él escribía en aquella ciudad, que fue James Joyce quien le descubrió en aquella ciudad y quien le dijo, “tienes que publicar”… fue… Y ahí, arriba, hay una sección de teatro, de filosofía, aquí está Bertold Brecht, está todo un poco mezclado, no me gustan…

E:¿… las clasificaciones…?

RV: No… no me gustan, no me gustan las clasificaciones en las voces… tenor lírico ligero  Mozartiano… no me gusta eso… tenor, punto. Canta, pues canta. Libro, y ya está, son todos… En la “A” encontrará autores con la “B”, en la “C” encontrará… ah, Arthur Rimbaud, mire, este está bien, porqué está en francés en un lado y en español en el otro… “Mañana de embriaguez”… ohhh, me encanta… (se oye como busca en el índice)

E: ¿Significa “Matin d’Ivresse”?

RV: Sí, exacto! Ah, pues no, no está ahí… (con voz teatral) ¡Qué página me has dicho! Dímelo, dímelo!... ah, 37, era yo el que se equivocaba, claro, yo, el tenor, pequeño cerebro… (empieza a declamar en francés) Ô mon Bien!, Ô mon Beau (Rolando duda con la pronunciación)… Beau… (en tono dubitativo)?

E: Beau (el entrevistador le corrige la pronunciación)

RV: Venga, empiezo de nuevo… (ríe)  “Ô mon Bien ! ô mon Beau ! Fanfare atroce où je ne trébuche point ! Chevalet féerique ! Hourra pour l'œuvre inouïe et pour Ie corps merveilleux, pour la première fois!

E: Y ahora en español…

RV: Y después, si se escucha en español…: “Ah, mi Bien! ¡Ah, mi Bello! ¡Fanfarria atroz con la que nunca pierdo el paso! ¡Caballete férico! ¡Hurra por la obra inaudita y por el cuerpo maravilloso, por primera vez! Aquello empezó con las risas de los niños, y terminará por ellas. Ese veneno va a permanecer en todas nuestras venas, incluso cuando al cambiar la fanfarria de son seamos devueltos a la antigua inarmonía. ¡Ah, tan dignos nosotros ahora de aquellas torturas!” Ahhhh…..

E: Rolando Villazón, usted es una persona muy ocupada, (Rolando ríe) viaja mucho…

RV: Sí!

E: … tiene que aprender papeles, tiene todavía música por descubrir… todavía descubrir! … debe trabajar la voz… ¿Cómo encuentra el tiempo para leer?

RV: En la vida de un cantante hay momentos en los que no hay nada a hacer… Bien, yo me quedo donde estoy, en el hotel, o en un apartamento, o en mi casa, y tengo que pasar 9 horas intentando no pensar en los tigres, que hacen “grrrrrrr” en mi pecho, antes de cantar, pero se viaja mucho, me encanta viajar en tren, y ahí es el momento de leer, y… si me permite, ir al baño, hay que ir al baño cada día, y ahí, página a página, se puede leer un libro (carcajadas)!. No, pero yo leo… leo cuando camino, llevo a mis hijos a la escuela, y cuando vuelvo, me llevo un libro, y son veinte minutos que aprovecho para leer mientras camino. No puedo leer sentado, me pongo a caminar, es así, ahora no me pueden ver, pero cojo un libro, lo abro, empiezo a leer y…. camino… (Rolando empieza a andar por la habitación)

E: De acuerdo, yo le sigo… (risas)

RV: Y a veces es así, ando dando vueltas a esta pequeña mesa, una vez me puse a reír porqué descubrí a mis dos hijos que me seguían, cada uno con un libro en las manos, riéndose, pero leyendo… Así que… sí, leer y caminar es una buena recomendación. 


 ilustración: Rossa  


Las últimas palabras de Rolando nos sugieren la  escena de una manera tan gráfica, que le pedí a Rossa, que ya ha colaborado en el blog con otras caricaturas, si podía ilustrar ese momento. ¡Merci beaucoup!

La música que se oye en la entrevista pertenece a  L'Arlésiana, de Francesco Cilea, extracto de un recital editado por Virgin Classics