Este es el nombre del programa que el 23 de abril de 2010 se emitió por la radio France Inter, dentro del espacio Esprit Critique. Rolando recibió en su casa parisina de Neuilly a Gérard Courchelle, para mostrarle su biblioteca.
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Rolando Villazón es un cantante de ópera, un tenor, tiene 38 años, lleva una carrera internacional desde hace una decena de años. Nacido en Méjico en un de origen modesto, ha decidido vivir en Francia, en París, tiene la doble nacionalidad. Después de haberle visto en escena a menudo se adivina un temperamento incandescente, habiéndome cruzado con él durante algunas entrevistas para la radio le sabemos amical, directo y magnético, en suma, todo un personaje. Vive con su mujer y sus dos hijos en un piso sin ostentación, el piso de un nómada, un nómada por gusto al vasto mundo, un nómada por necesidad profesional puesto que Rolando Villazón canta en todos los grandes teatros y en todas las salas de conciertos del planeta. Aquí le tenemos, inagotable, con su francés pedregoso, en su biblioteca.
RV: Bueno,
aquí es donde recibimos a nuestros invitados, mi piano está delante de mí…
E: Un piano vertical…
RV: Un piano vertical,
sí. A mi derecha tengo una parte de mi colección de libros, hay una marioneta,
también una vieja máquina de escribir, que viene de México, los libros están
ahí, al lado de pequeñas esculturas, y espero que sean cosas vivas, porqué un
libro no debe ser simplemente algo para… decorar la casa, un libro debe ser… un
ser, un objeto libre, lleno de vida, con el cual debemos jugar, consultar, hablar
de nuevo… ¿Nosotros, qué somos? Somos la suma de las experiencias, y para mí
los libros son compañeros, si la vida es ir hacia delante pues los libros son
mis compañeros, hemos caminado juntos y seguimos caminando juntos, y los hay
por todas partes, aquí hay una parte, allí, justo al lado de la habitación de
mis hijos hay más, en la pequeña habitación donde escribo… un poco por todas
partes. Una vez leí qué es lo que hay que hacer para que nuestros hijos se
conviertan en lectores. Un escritor decía que hay que dejar libros por todas
partes, hay que leer, que nuestros hijos nos vean leer, y después hay que
esperar que algún día tengan la curiosidad de coger uno de estos libros que
encuentran por todas partes y digan, ¿a ver, esto que es? (ríe)
E: ¿Es así
como lo hizo Usted?
RV: Yo no
había leído nada de pequeño, de hecho fue una casualidad, ya que tenía unos 9 o
10 años, fui a una fiesta benéfica en la que teníamos que… (Rolando duda con la palabra) darle… a
globos…
E: pinchar
globos…
RV: Exacto, ¡pinchar
globos!... Bueno, lo hice, y gané. Estaba super contento, y ¿cuál fue el
premio? ¡Un libro! Y me dije: vaya… un libro… Era Jack London, “La llamada de
la selva”, y me dije, bueno, ya que lo tengo, voy a leerlo. Empecé a leer, y
por suerte, me sentí en seguida capturado por la poesía, por la historia, por
la imaginación, y me dije: ahhh, acabo de descubrir un mundo extraordinario… Y
el primer libro que compré,,,, fui a una tienda donde comprábamos comida y
otras cosas, y en un pequeño estante había algunos libros y me preguntaba, ¿cuál,
cuál, cuál cojo? Y como había leído la historia de un perro, el perro blanco,
una historia que… ahhh…, me encantó, busqué algo así y, ¡ya lo tengo! ¡“El lobo
estepario”!... (risas)… Herman Hesse,
“El lobo estepario”!! (risas). ¡Nada
más y nada menos que Herman Hesse! Un lobo, en el fondo otra especie de perro,
y me dije, pues vale… Y bueno, no trataba sobre ningún lobo, pero creo que
todavía quedé más impresionado por ese libro, y a partir de ahí empecé a buscar
todo lo que pude leer sobre Herman Hesse, de ahí pasé a Kafka, y de ahí, bueno,
de ahí…
E: El resto… Desde
aquí veo que hay libros infantiles…
RV: Sí, pero
estaba intentando ver si lo tenía aquí… no me gusta tener los libros… Ah! No, éste
es “El proceso”… no, creí que estaba aquí “El lobo estepario”, que acabo de
releer no hace mucho (se oye a Rolando
buscando entre los libros) y…ohhhh… fue todavía más… increíble.
E: “El mago
de Oz”…
RV: Sí, claro,
y tengo “Pinocchio”, y “Peter Pan” por algún sitio, y…
E: Hay evidentemente
literatura en lengua española, pero veo en el estante de abajo literatura en
lengua inglesa, y ahí a los grandes de la literatura francesa… ¿lee en todas
esas lenguas?
RV: Lo
intento, sí… para las novelas, si tengo que leer traducciones las leo en
español, si leo ensayos, de filosofía, por ejemplo, los leo en inglés, y
incluso si están escritos en francés, creo que por aquí está Bergson, “Le
rire”, no se si… ahí está, y en italiano y francés, intento, si puedo, leer en
la lengua original, se gana justamente esta comunicación directa con el autor,
aunque también es verdad que acabo de leer un libro en la lengua original y a
continuación la traducción, Virgina Wolf, “Orlando”, y decidí leer la
traducción porque es de Borges, y uno puede percibir el arte de Borges ahí
dentro, y el libro se convierte, en cierta manera, en otra novela (risas).
(Música)
RV: Cuando
hablo de diálogo, sabe, tenemos a Mishima, la tetralogía de Mishima y si lo
abres…
E: Hay notas
escritas…
RV: Hay
notas, porque en este caso me peleé con él. Lo adoro, es una poesía
extraordinaria pero no estoy de acuerdo con las ideas, por lo que hubo un
debate, aquí escribo, hablo con el libro, a veces dibujo sobre le libro, ¿ve?,
aquí digo (Rolando habla con tono contrariado y en español): pero no, siempre tiene la…
mente superior (ahora en francés)… siempre tiene que haber un
cerebro superior, no…!
E: Y usted no
está de acuerdo…
RV: No.., se
sitúa cerca del fundamentalismo, bueno, en fin, me pongo a, pero…
E: Los
Mishima son en español…
RV: Sí, los Mishima
son en español. Uh!, mire, esto es un regalo de “Deutsche Gramophone”, una
primera edición de “Berlin Alexanderplatz”, Alfred Döblin…., mire que bonito…
Es… ah, la audiencia no puede verlo!! (risas)…
lo siento!
RV: Ahhhhh (Rolando
inspira profundamente….)
E: Y yo me
quedo sin voz, y Rolando Villazón lo huele, usted lo está oliendo…
RV: Ah, sí,
me encanta abrir el libro y… (se nota
como Rolando aspira profundamente) ahhhhh… es genial… (con voz entusiasmada)… es… Los libros hay que…, hay que tocarlos,
hay que... A mi me encantan los libros, me gustan las ediciones bolsillo…
bolsillito….bolsillito?... (no está
seguro de la palabra)
E: Ediciones
bolsillo…
RV: …bolsillo,
y no porque no sean caras, sino porque uno puede jugar todavía más con el
libro, me encanta cuando me encuentro… yo que se, me encuentro una pequeña
mancha y es una lágrima, o el café que uno ha olvidado ahí, o…de pronto me
digo: ah mira!, un número de teléfono que anoté… Mire, le quiero mostrar, aquí
en el medio he hecho una especie de pequeño espacio… son todo libros de Níkos
Kasantzákis el gran escritor griego, conocido por su “Zorba”, porque Anthony Quinn
lo llevó a la pantalla, pero también por… creo que la gente no sabe que él es
el autor, por la “Dernière tentation du Christ”…
E: Sí,
bastante polémico…
RV: Sí, hubo algún
problema, pero bueno… Todo empezó con un escritor mexicano amigo mío que me
regaló “Zorba”, lo tengo aquí firmado por el hijo del autor (ríe), el original en griego, y me
encantó la fuerza, el espíritu, la comunicación de este hombre, y me puse a
comprar todo lo que encontré, pero no me fue fácil, así que fue una bonita
aventura, la de ir a todas las librerías de segunda mano, anticuarios, para
encontrar los libros… mire, quiero enseñarle, la audiencia no lo puede ver pero
es una edición curiosísima de tres obras de Kasantzákis (se oye como Rolando va girando las páginas), está un poco usado,
que actualmente ya no se puede encontrar
hoy en día. Encontré también “Liberté ou Mort” en una edición como las de
antes, que hay…
E: Hay que
cortar, con un cortapapeles…
RV: …cortar,
exacto…
E: Y también
tiene notas escritas…
RV: Bueno,
pues para terminar con esa pequeña historia, había un libro que yo quería a
toda costa, y era la continuación de “La Odisea”, que él escribió, por supuesto
le apasionaba Homero, y decidió escribir que pasa con Ulises cuando regresa a
Itaca, y según él… dice que es alguien que debe continuar viajando, así que le
vuelve a hacer viajar de nuevo, escribe la continuación y lo hace en verso,
como Homero, pero escribe 33.333 versos, es…¡es enorme! Así que intente
encontrarlo, y ni siquiera estaba traducido al español, no puede encontrarla,
intenté encontrar la traducción inglesa, pero tampoco la encontré, y me dije,
bueno, pues se acabó. Un día voy a New York a hacer unas
audiciones, y un amigo me dice, “ven a comer a casa”. Voy a comer a su casa,
hablamos de ópera, ta ta ta… y de pronto le hablo un poco de Kasantzákis, porque
había intentado…. y me dice: “ah, pues mira, tengo un libro que me gustaría
regalarte, una primera edición de uno de sus libros que creo que te gustará”.
Le contesté: “por supuesto que me encantará, sería genial”. Me dije, “una
primera edición de “Zorba”, genial… ¿Y que es lo que me trae?
E: Ahí está!
RV: “The Odyssey: a Modern Sequel”. Y fue… ahhhh…
E: Ahí están
los treinta y tres mil trescientos…
RV: Exacto,
están todos aquí… Es… es… fantástico, y además hay dos dedicatorias, está la
dedicatoria para él, puesto que era un regalo para él, y la dedicatoria que él
hizo para mí, y ¿sabe? Me encanta esto… los libros deben viajar… Cuando alguien
viene a mi casa y me dice: “Oye, me puedes dejar este libro?... Sí, cógelo…
E: ¿Entonces
no tiene Usted instinto de propietario o de
coleccionista?
RV: No…
Bueno, quizás hay algunos libros no dejaría (ríe)..
E: Ahh….
Claro, los libros de Kansantzákis se quedan aquí…
RV: (ríe) Exacto…
(Música)
RV: Y aquí
tenemos, por ejemplo, a Italo Svevo, “Senilità”... pero me acuerdo que me puse
a leer a Svevo justamente en Trieste, de dónde es él, y fue un buen momento para leerle. Pasé ocho horas en
un puerto, esperando la puesta de sol, leyendo “La coscienza di Zeno”, pero
también leyendo en el agua las pequeñas historias que tenían lugar, la de una
pequeña medusa que bailaba con una bolsa de plástico, o las historias que
encuentros que pasaban en el puerto, como la de un joven que venía y hablaba, y
luego se iba, pero volvía de nuevo… Realmente ocho horas donde pasé de la
literatura, de la vida dentro de las páginas del libro, a la vida dentro del
agua, en el mar, y de la vida a mi alrededor, me acuerdo que comí pizza, bebí
vino, fue una tarde extraordinaria y pensar que… que todo aquello pasó ahí, que
él escribía en aquella ciudad, que fue James Joyce quien le descubrió en
aquella ciudad y quien le dijo, “tienes que publicar”… fue… Y ahí, arriba, hay
una sección de teatro, de filosofía, aquí está Bertold Brecht, está todo un
poco mezclado, no me gustan…
E:¿… las
clasificaciones…?
RV: No… no me
gustan, no me gustan las clasificaciones en las voces… tenor lírico ligero Mozartiano… no me gusta eso… tenor, punto.
Canta, pues canta. Libro, y ya está, son todos… En la “A” encontrará autores
con la “B”, en la “C” encontrará… ah, Arthur Rimbaud, mire, este está bien,
porqué está en francés en un lado y en español en el otro… “Mañana de
embriaguez”… ohhh, me encanta… (se oye
como busca en el índice)
E: ¿Significa
“Matin d’Ivresse”?
RV: Sí,
exacto! Ah, pues no, no está ahí… (con
voz teatral) ¡Qué página me has dicho! Dímelo, dímelo!... ah, 37, era yo el
que se equivocaba, claro, yo, el tenor, pequeño cerebro… (empieza a declamar en francés) Ô mon Bien!, Ô mon Beau (Rolando duda con la pronunciación)… Beau…
(en tono dubitativo)?
E: Beau (el entrevistador le corrige la pronunciación)
RV: Venga,
empiezo de nuevo… (ríe) “Ô mon
Bien ! ô mon Beau ! Fanfare atroce où je ne trébuche point ! Chevalet féerique
! Hourra pour l'œuvre inouïe et pour Ie corps merveilleux, pour la première fois!
E: Y ahora en
español…
RV: Y
después, si se escucha en español…: “Ah, mi Bien! ¡Ah, mi Bello! ¡Fanfarria
atroz con la que nunca pierdo el paso! ¡Caballete férico! ¡Hurra por la obra
inaudita y por el cuerpo maravilloso, por primera vez! Aquello empezó con las risas
de los niños, y terminará por ellas. Ese veneno va a permanecer en todas
nuestras venas, incluso cuando al cambiar la fanfarria de son seamos devueltos
a la antigua inarmonía. ¡Ah, tan dignos nosotros ahora de aquellas torturas!”
Ahhhh…..
E: Rolando
Villazón, usted es una persona muy ocupada, (Rolando ríe) viaja mucho…
RV: Sí!
E: … tiene
que aprender papeles, tiene todavía música por descubrir… todavía descubrir! …
debe trabajar la voz… ¿Cómo encuentra el tiempo para leer?
RV: En la
vida de un cantante hay momentos en los que no hay nada a hacer… Bien, yo me
quedo donde estoy, en el hotel, o en un apartamento, o en mi casa, y tengo que
pasar 9 horas intentando no pensar en los tigres, que hacen “grrrrrrr” en mi
pecho, antes de cantar, pero se viaja mucho, me encanta viajar en tren, y ahí
es el momento de leer, y… si me permite, ir al baño, hay que ir al baño cada
día, y ahí, página a página, se puede leer un libro (carcajadas)!. No, pero yo leo… leo cuando camino, llevo a mis hijos
a la escuela, y cuando vuelvo, me llevo un libro, y son veinte minutos que
aprovecho para leer mientras camino. No puedo leer sentado, me pongo a caminar,
es así, ahora no me pueden ver, pero cojo un libro, lo abro, empiezo a leer y….
camino… (Rolando empieza a andar por la
habitación)
E: De
acuerdo, yo le sigo… (risas)
RV: Y a veces
es así, ando dando vueltas a esta pequeña mesa, una vez me puse a reír porqué
descubrí a mis dos hijos que me seguían, cada uno con un libro en las manos,
riéndose, pero leyendo… Así que… sí, leer y caminar es una buena
recomendación.
ilustración: Rossa
Las últimas palabras de Rolando nos sugieren la escena de una manera tan gráfica, que le pedí a Rossa, que ya ha colaborado en el blog con otras caricaturas, si podía ilustrar ese momento. ¡Merci beaucoup!
La música que se oye en la entrevista pertenece a L'Arlésiana, de Francesco Cilea, extracto de un recital editado por Virgin Classics