2 avr. 2009

UN MARIACHI LLAMADO ROLANDO CANTA "UN VIEJO AMOR"


Esta es una de las primeras ocasiones que tenemos de escuchar a Rolando interpretando rancheras y debemos agradecérselo al villazonista Martín de la Rosa que es quien nos ha facilitado la grabación, totalmente inédita. Martín, estudiante de piano del Conservatorio Nacional de Música en la Ciudad de México, nos cuenta que...

Resulta que a mi amiga Yeredith, fagotista del conservatorio, le pasé el cd de Gitano y el de Arias Italianas. Entonces ella me dijo que tenía una grabación (audio) de un evento, ocurrido hace algunos años, en el cual participó Rolando Vilazón. Transmitieron ese concierto por televisión, y ella grabó el audio estando junto a su televisor. Por esta razón la calidad de audio no es la mejor, pero aún así se puede apreciar muy bien la maravillosa interpretación de Rolando.

Se trata de la canción "Un Viejo Amor", compuesta por el mexicano Alfonso Esparza Oteo (1894-1950) también autor de "Dime que sí", otra canción interpretada por Rolando y que se puede disfrutar en el Documental "A mexican dream".

Entonces, la grabación se trata de cuando Rolando Villazón interpretó "Un Viejo Amor" en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, en el marco de la 7a Gala Latina, el 20 de febrero de 2004. Lo acompañó nuestra querida Orquesta Sinfónica Nacional con el maestro Enrique Arturo Diemecke en la dirección.
En la grabación se aprecia un coro,que probablemente se trate del coro de la ópera de Bellas Artes.

La canción es bellísima, muy mexicana, pero capaz de cautivar a los corazones de todo el mundo, más aún cuando la canta Rolando
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La ranchera es un género de música mexicana muy popular nacional e internacionalmente. Su nombre proviene de la palabra “rancho”, que es un sector de actividad agrícola y ganadera propio de la geografía americana y nació como una reacción del pueblo ante costumbres aristocráticas provenientes de Europa que predominaban en la clase alta del país. Fueron los famosos mariachis, originarios de Jalisco, los encargados de difundirlas. Estos eran grupos de músicos compuestos por entre tres y doce integrantes que utilizaban instrumentos de cuerda y metal, destacando las guitarras, las trompetas y los clarinetes.

Una ranchera, principalmente, presenta argumentos sentimentales y románticos y mucha melodía. La interpretación de ella se caracteriza especialmente por la utilización de notas mantenidas por largo tiempo al final de cada frase. Generalmente sorprenden los tonos agudos producidos por el intérprete y la manera en que los hace descender en picada. Su voz se caracteriza por ser abierta y brillante que la hace un muy buen acompañamiento para los mariachis.

La escogida por Rolando lleva por título “Un viejo amor” y esto es lo que desde México nos hace llegar nuestro corresponsal Jorge M. al respecto de la misma:

Un viejo amor, del maestro Esparza Oteo, ya no es común que sea interpretada por el mariachi en la actualidad, es una canción que se ocupa mucho en conciertos de corte más fino, como el de algún tenor o barítono tales como Hugo Avendaño (barítono y actor mexicano) que fue maestro de canto de personajes como José Mojica (tenor) Jorge Negrete (barítono y muy famoso actor charro cantante del cine nacional) ó como Fernando de la Mora (Tenor mexicano).

Vamos a disfrutar de la versión que Rolando hace de este tema, con una voz más “abaritonada”, ajustada a un tono en el que se encuentra cómodo y donde le saca el máximo partido, en compañía de las pinturas de Diego Rivera tan llenas de color, vitalidad y alto contenido social, que nos remiten a los orígenes mismos de la ranchera y nos contagian toda su fuerza.

Por unos ojazos negros
igual que penas de amores,
hace tiempo tuve anhelos,
alegrías y sinsabores.

Y al dejarlos algún día
me decían así llorando:
No te olvides vida mía
de lo que te estoy cantando.

Un viejo amor
ni se olvida ni se deja,
un viejo amor
de nuestra alma sí se aleja
pero nunca dice adiós,
un viejo amor.

Ha pasado mucho tiempo
y otra vez aquellos ojos
me miraron fríamente,
con despego y sin enojos.

Y al notar aquel desprecio
de ojos que a mi me lloraron,
pregunté si con el tiempo
sus recuerdos olvidaron.

Un viejo amor
ni se olvida ni se deja,
un viejo amor
de nuestra alma sí se aleja
pero nunca dice adiós,
un viejo amor, un viejo amor.




¡ QUE VIVA MÉXICO !


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