22 abr 2013

¿CÓMO ES LA FIESTA DE SANT JORDI EN CATALUNYA?

foto: desorden.blogspot.com.es

Este es un post dedicado a los muchos lectores que no son de mi país, y que, en su mayoría, desconocen lo que significa la Diada de Sant Jordi para los catalanes, más específicamente para los barceloneses, pues es en mi ciudad donde la fiesta se ha popularizado y exportado luego a toda Catalunya, y, posteriormente, ha influido en que la UNESCO decretara, en 1995, el 23 de abril como el Dia Internacional del Libro.
Sant Jordi es un gran día (una "Diada"), pero no es festivo en Catalunya, y, siendo una de nuestras fechas más señaladas y propias, a nadie jamás se le ha ocurrido reivindicarlo como festivo. Debe ser un día laboral, con los comercios abiertos, la gente yendo a trabajar y escapándose a la hora del desayuno o la comida para comprar la rosa o el libro y, ya finalizada la jornada laboral, todo el mundo en la calle, en un bellísima fiesta cívica, culta, perfumada de rosas y libros. Es imposible explicarlo a alguien que no lo haya visto, se tiene que vivir.

Una de los aspectos mas característicos de la fiesta son las firmas de los escritores. Las editoriales colocan casetas en la calle y se forman colas para que los escritores firmen y dediquen sus libros, muchos de ellos suelen ser novedades editoriales. Afortunadamente, Rolando Villazón no sólo firmará en el Liceu (en el Auditori del Espai Liceu, de 18 a 19h.), sino que también lo podremos ver en medio de los otros escritores en la caseta de La Central, en Rambla de Catalunya/Mallorca, de 19 a 20h.
Después de esta introducción, os dejo dos textos diferentes por si os ayudan, uno en español y otro en inglés. Pondré todo mi empeño en hacer un reportaje que recoja lo fundamental de este Sant Jordi tan especial para nosotros, aunque no sé si será posible acercarse mucho a Rolando, porque auguro una auténtica avalancha y, ya sabéis, todo el mundo quiere estar con él lo más cerca posible y el máximo de tiempo posible.


El 23 de abril de 303 es la fecha atribuida a la muerte de San Jordi (Diòspolis, Palestina, v. 270 - Nicomedia, Bitinia, 303), que fue un militar romano convertido al cristianismo y muerto como mártir al no querer abjurar de su fe. Esta figura histórica, venerada tanto en el Cristianismo como en el Islam, se convirtio en uno de los santos más populares en la Edad Media, y alrededores de Sant Jordi se forjaron numerosas leyendas, como la que le enfrenta a un dragón para salvar a una doncella .

En 1436, en las Cortes de la Generalitat de Catalunya, cuyo patrón era Sant Jordi, hubo una propuesta de convertir esta fecha en fiesta. Tradicionalmente, y desde el siglo XV, el día de Sant Jordi es en Catalunya el día de los enamorados, y los hombres regalan flores a sus amadas. En 1929, en plena Exposición Internacional de Barcelona, ​​los libreros salieron a la calle a vender sus libros en tenderetes y la iniciativa tuvo tanto éxito que se decidió que el Día del Libro sería el 23 de abril, una fecha primaveral y que, además, coincidía con la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare, en 1616. El 15 de noviembre de 1995, la Conferencia General de la UNESCO decretó el 23 de abril como Día Internacional del Libro. 

En Sant Jordi, las calles están llenas de stands de rosas y de libros, ahora ya no son los enamorados, se comprar rosas para una amiga o amigo, para la madre, para los hijos, etc... Tampoco, como en sus inicios, son las mujeres quienes regalan libros a los hombres, sino que los compran para ellas, los regalan a sus amistades, etc... Tambien cabe destacar que la presencia de escritores en las calles, en stands donde firman libros e intercambiar impresiones con sus lectores, que normalmente forman largas colas para verlos.

La fiesta tiene un carácter reivindicativo de la cultura catalana y muchos balcones se engalanan con la bandera de Catalunya. En todo el país se venden libros y rosas, pero es en las Ramblas de Barcelona donde el evento llega a su máxima expresión. En cuanto a las rosas, se estima que en este día se venderán siete millones de rosas, el 40% de las rosas de todo el año. Los medios de comunicación hacen retransmisiones en directo desde los puntos más emblemáticos. Pero sobre todo hay que destacar el ambiente festivo, cívico y cultural que genera la Diada.


foto: nueva-acropolis.es


The patron saint of the country in which I live is Sant Jordi, his name adapted here to Catalan just as it has been to the respective tongues of the 11 other countries that have adopted this apparent dragon-slayer as their national mascot. In Catalonia, however, far from being an occasion for patriotic breast-beating – as still seems to be the case in England – April 23, at least since the 15th century, has been revered as the dia dels enamorats or lovers' day, on which the enamoured are supposed to give a blood-red rose to their beloveds.

Towards the end of the 1920s, Vicente Clavel, a Valencian resident of Barcelona, realising that Sant Jordi's deathday coincided with those of Cervantes and Shakespeare, decided to encourage people to give books as well as roses to their loved ones, an idea welcomed with open arms by his fellow publishers.

Since then, on Sant Jordi's day (even under Franco, when the open sale of Catalan language books was banned for 39 years), the citizens of Catalonia have flocked to the centres of their villages, towns and cities to get a rose and a book for their spouses, lovers, offspring or parents. In the capital (Barcelona), things never fail to reach a frenetic apogee, with the two main Ramblas and a fair slice of the Passeig de Gràcia stuffed to the gills with potential readers on the lookout for the latest titles and the writers who are signing them, while roses are hawked by dozens upon dozens of street vendors dotted among the bookstalls.

Writers are traditionally invited to kick off Sant Jordi's Day by assembling at the central Regina hotel for a collective breakfast followed by a mass photo shoot. I personally skip this occasion (which is rush-hour crowded; besides which, I never eat breakfast anyway) and head straight for my first allocated stand.

These stands are of banqueting-hall length, with the writers squeezed together like wedding guests, that is to say, within elbowing distance. Which has the advantage, sometimes, of being placed next to an author you have long been wanting to meet, and the disadvantage, on occasion, of being obliged to cosy up with someone who belongs to a pretentious clique whose work you despise (and who, almost certainly, feels the same way about you). More rare – though it has happened to me more than twice – is the unsettling experience of finding yourself next to a Catalan media personality before whom hordes are queuing to obtain his TV spin-off while in front of your own pile of volumes, written without the cameras in mind, there stretches nothing but empty paving.

Throughout the day, the inevitable spectacle of strangers picking up your book, reading through the blurb, and then tossing it disdainfully back on the pile, is offset, thank the Lord, by the pleasantness (far more common) involved in meeting many chatty, previously unknown readers.

At the end of each hour, it is mandatory to leap up from your chair and half-sprint off to the next scheduled stand. Given that the signing sessions are chronologically sandwiched – so that the author signing from, say, four to five, is supposed to start his next signing from five to six, often at a stand several hundred yards away – writers have to barge red-faced and sweating through the crowds in an attempt to defy the rules that still govern time and space.

Sant Jordi's Day ends around twilight, which is when the booksellers start to wrap up the unsold produce then stand around smoking in exhausted gaggles, while the throngs quickly thin to next to nothing and discarded publishers' flyers lie scattered on the pavements' darkening shades of grey.

By nine o'clock, it is hard to believe that for the last 12 hours, hundreds of thousands of people have shifted their way along the boulevards of Barcelona, Girona, Tarragona, Lleida and all the smaller towns in between: families and lovers and groups of friends eyeing covers, inspecting rose petals, exchanging books, exchanging roses, all of it, nominally at least, in the name of love: family love, couple love, erotic love. There is, indeed, nothing like Catalonia's dia dels enamorats anywhere else on this planet. Saint Valentine, eat your heart out.

http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/apr/23/st-georges-day-catalonia
Matthew Tree
guardian.co.uk, 23 April 2011


foto: monmar.net

8 comentarios:

  1. Magnífica festa i magnífic post!

    Aprofito la ocasió per desitjar-vos a tots, els d’aquí i els d’allà, a qui coneix la festa i a qui no l’ha viscuda mai un

    FELIÇ SANT JORDI !!!!

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  2. Gràcies, ho serà, segur i a sobre el compartirem!

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  3. Teresa gracias por el post, es una extraordinaria fiesta.
    En México la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) tiene cinco años organizando la fiesta del libro y la rosa con lectores, escritores, libreros, promotores de lectura y todos aquellos que honramos a la palabra escrita como uno de los logros humanos fundamentales para la convivencia, la comunicación y la transformación social. Compartimos gracias a ustedes un legado.

    Feliz día de Sant Jordi!!!

    Un abrazo

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    1. Feliz dia, Monika, y a ver si algún año puedes celebrar Sant Jordi en Barcelona, te encantaría especialmente, estoy segura!

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  4. ¡Feliz día de Sant Jordi! Maravilloso post y maravillosa fiesta. Bonito homenaje a una actividad tan linda, importante y educativa como leer. Me imagino las calles de Barcelona mañana, con libros, lectores, autores...wow, ¡ amo Barcelona y sus fiestas! M'habria gustado ser presente, no sólo por la firma de Rolando sino para disfrutar la fiesta de Sant Jordi... El año que viene...lo prometo ...

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    1. Bueno, Rolando está escribiendo ya su segunda novela...volverás a tener ocasión, Renate!

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  5. Tere, felicidades por éste gran día literario de Sant Jordi, que lo disfrutes mucho. Yo también voy a darme una escapadita a la fiesta nacional del libro y la rosa, acá en México.

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  6. Muchas gracias Teresita por este magnifico post.
    Il est si attrayant et chaleureux que l'envie me vient de sauter dans un avion pour Barcelone
    Bon Sant Jordi à tous, et aussi à Rolando qui va avoir l'immense joie de dédicacer son oeuvre, son premier livre dans cette ambiance si particulière.

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